El hombre que Calculaba 31-50
El hombre que calculaba
En ese momento el jorobado que era dueño de la tienda estaba escuchando los cálculos del calculista el observo , y le dijo señor usted es muy hábil para sacar cuentas y le dijo que le explicara como lo hacía, a lo que el calculista le mostró el cálculo y dijo :
Presté, cierta vez, la cantidad de 100 dracmas: 50 a un sheik y los otros 50 a un
judío de El Cairo
El sheik pagó su deuda en cuatro cuotas, del modo siguiente:
Pagó 20, quedó debiendo 30
Pagó 15, quedó debiendo 15
Pagó 10, quedó debiendo 5
Pagó 5, quedó debiendo 0
Suma 50
Suma50
Y le explico por que salia ese resultado platicaron sobre más cálculos y llegaron a un acuerdo con unas deudas que tenían volvió a hacer un cálculo y el resultado era una serie de pagos para no tener deudas.
Le dijo que en este caso la Suma era igual que era 50 y mientras que la segunda da el total de 51 ,el le dijo que no sabía explicarse como podría disminuir más la deuda , le dijo amigo y le aclaro Beremís que eso explicaba en pocas palabras lo que las cuentas le daban como resultado y le admitió los resultados y como debia pagar de la siguiente forma :
Pagó 10, quedó debiendo 40
Pagó 5, quedó debiendo 35
Pagó 35, quedó debiendo 0
Suma 50 Suma75
Le dijo que en ese ejemplo la suma era de 50 mientras q los saldo eran de 75 y le dijo como era cada uno de los casos hasta llegar a la conclusión de que todos por casualidad daban como resultado 50,y quedó conforme el merced cumpliendo su promesa de darle al calculista un turbante y 4 dacmas ,Beremis, para distraer al buen mercader, le contó enseguida este curioso episodio:
Omeya, rey de Yemen, tenia un tesorero Ilamado Quelal, que parecia muy
cuidadoso probo. Queriendo el monarca asegurarse de la honestidad de su
auxiliar, hizo lo siguiente: durante tres dias colocó, sin decir nada, un dracma en la
caja de los gastos. Resultaba claro que el tesorero, al finalizar el día, cuando hiciera
el arqueo, hallaría el exceso de un dracma, que anotaría como saldo en el libro
correspondiente. EI rey observó que en los tres días el tesorero no registraba
aquella diferencia. - "Naturalmente que, el muy ambicioso, se guarda el dracma
excedente", supuso el rey. "iQuien iba a imaginar que el tesorero Quelal fuese.
Le dijo que lo mejor era que la verdadera prueba de eso era verdad , en los siguientes días Beremís reclamo su recompensa y considero hacer varias cosas con ella ,y devia conseguir pruebas de que no había robado nada hante el rey y el visir ,Pero eso tampoco dio resultado. Mediante esas pruebas, que consideró suficientes, Omeiá llamó su gran visir y le dijo: "Es preciso hacer con urgencia un interrogatorio. Tengo serias razones para desconfiar de nuestro tesorero Quelal." -"Creo, mi rey, que es necesario investigar"-replicó el
visir-. Puedo probar que el indigno Quelal no procede con honestidad." "iCómo?",
preguntó el rey. - Dijo entonces el ministro: "Sepa Vuestra Majestad que resolví, una vez, saber si eran exactas o no las cuentas presentadas diariamente por el
tesorero de la Corte.
Pues el tesorero nunca anoto lo que debería de ser , Pues bien, el tesorero nunca anotó lo que yo retiraba. A
continuación, y también durante tres días, coloqué un dracma en la caja de Quelal,
sin que é| registrara ese exceso. Ahora bien: cuando un tesorero no anota con
exactitud las diferencias de caja, es porque su forma de proceder se aparta de los principios de la más elemental honestidad." Con sobrada razón se asombró el rey al ofrecer el relato del gran visir. Estaba sí explicado el misterio del caso. Las leyes del Destino son insondables. Por extraordinaria coincidencia, los mismos días en que él
ponía un dracma, el visir retiraba la misma cantidad de la caja. El rey no hizo otra
cosa, en los días siguientes, que retirar al diligente Quelal el dinero colocado por el
astuto ministro. Avergozóse entonces el digno monarca, por el espionaje a que
un funcionario tan fiel y que tanta lealtad y dedicación habia sometiera demostrado siempre, así como de haber empleado esos ardides y fraudes, que
fueran anulados, empleando iguales medios, por el visir. Cuando el ministro terminó el relato, el poderoso rey se levantó y dijo, mirándolo fijamente: "Sus palabras, visir, solo prueban que nuestro tesorero Quelal es escrupuloso y honestísimo en sus funciones. Resuelvo, pues, que no se haga el interrogatorio, y que Quelal quede en su puesto con el mismo cargo y doble sueldo. El visir, al oir esa inesperada sentencia del rey, tuvo un ataque al corazón y cayó fulminado a ulo sobre soDre las las gradas gradas del
trono. Y no era para menos. iUassalam!.
CAPITULO 8
Estaba Beremís satisfecho con el bellos regalo que le hizo el merced, estaba muy bien arreglado el decía que estaba haciendo girar el turbante y no le encontraba ningún defecto al estar usandolo , le estaba encontrando un significado matemáticamente que su forma no era rigurosa geometricamente , el tenía la distinción de transformar las cosas con cosas geométricas hasta los turbantes de los musulmanes, se encontró a un musulmán y le dijo no lo admiro amigo sino que prodigio a explicarle que cuando se le presentan cuerpos relacionados con la geometria le gustaba observarlos y representar sus cuerpos geométricos, le dijo las flores las hojas me gusta admirar su simetría, y le dijo Geometría, repito, existe en todas partes. En el disco del Sol, en la hoja del datilero, en el arco iris, en la mariposa, en el diamante en la estrella de mar y hasta en un pequeño grano de arena. Hay, en fin, infinita variedad de formas geométricas presentadas por la Naturaleza. Un cuervo, al volar lentamente por el cielo, describe figuras admirables; la sangre que circula por las venas de los camellos no escapa a los rigurosos principios geométricos?; la piedra que se tira al importuno chacal, dibuja en el aire una curva perfecta.
La abeja construye sus alvéolos en forma de prismas hexagonales, y adopta esa
forma geométrica, creo, para obtener mayor rendimiento y economía de material
La Geometría existe, como dijo el filósofo, en todas partes. Sin embargo, es preciso
saber verla, tener inteligencia para comprenderla y alma para admirarla. El rudo beduino, ve las formas geométricas, mas no las comprende; el "sunita"31 las
entiende pero no las admira; el artista, finalmente, mira la perfección de las figuras comprende lo bello y admira el orden y la armonía. Dios fue un gran geómetra Geometrizó la Tierra y el Cielo3?. Existe en Persia una planta, el "saxahul", muy apreciada como alimento para los camellos y ovejas, cuya semilla..
Iba a proseguir el elocuente calculista con sus consideraciones sobre las formas
geométricas de las semillas del "saxahul", cuando vimos en la puerta de una tienda
próxima, a nuestro protector, el sheik Salerm Nasair, que nos llamaba a grandes
Voces. Me siento feliz d haberlo encontrado, calculista (exclamó el sheik al
aproximársenos); su presencia es muy oportuna. Estoy aquí en compañia de
algunos amigos y me hallo azorado con dos problemas que sólo un gran matemáticopodría resolver.
Aseguró Beremís que allar una solución era necesario para aprovechar los recursos dd sheik , y sheik añadió y dijo :
Estos tres hombres recibirán, como pago de un servicio hecho, una partida de vino
compuesta de 21 vasos iguales, estando 7 llenos, 7 medio llenos y 7 vacios. Quieren
ahora dividir los 21 vasos de manera que cada uno reciba el mismo número de
vasos y la misma cantidad de vino. iCómo hacer el reparto? Ese es el primer
problema.
Y les dijo que esta figura señalaba claramente como era la solución para el problema de los 21 vasos .
Y paso un rato y beremis dijo que la división que el acababa de hacer se podía hacer de diferentes maneras y le explico como le dijo 3 vasos llenos , 1 medio lleno , y 3 vasos vacíos y dijo que a eso correspondían 2 vasos llenos.
Según ese reparto, cada socio recibirá 7 vasos y la misma cantidad de vino. Ya ve,
sheik, que el problema no presenta dificultad alguna, y que si analizamos el
enunciado no es dificil demostrar que él admite otra solución rigurosamente
exacta.
Se aproximó uno de los árabes a Beremis y lo saludó respetuosamente hablando
así:
Es mucho más dificil el problema que me preocupa. Tengo continuas transacciones
con los cristianos que negocian en vinos de Ispahán. Se vende ese vino en vasos
pequeños y grandes. Según nuestra invariable combinación, un vaso grande lleno
vale 6 vasos pequeños vacíos; dos vasos grandes vacios valen uno pequeño lleno.
Procuro ahora saber cuántos vasos pequeños vacios puedo cambiar por la cantidad
de vino contenida en dos vasos grandes.
Aquel embrollo de valores y relaciones no intimidaron al "Hombre que calculaba"
Habituado a enfrentarse a problemas dificiles y a trabajar con números enormes,
Beremis no se confundió a lo que le decían, a lo q le dijo amigo mio que tenia el placer de aclarar esta cuestión y le contestó lo siguiente:
Por lo que he oido, "2 vasos grandes llenos valen 12 pequeños vacios". Por otra parte, si 2 grandes vacíos valen 1 pequeño lleno, y 3 pequeños vacios valen también 1
pequeño Ileno, está claro que 2 grandes vacios valdrán 3 pequeños vacios.
Espreciso ahora, para mayor claridad, recordar de memoria los dos resultados ya
obtenidos:
2 vasos grandes llenos valen 12 pequeños vacios
2 vasos grandes vacios valen 3 pequeños vacios
Y dijo que de hay sacaban conclusiones de todos los valores contenían dos vasos grandes, y llegaron a la conclusión de que la cantidad de vino contenida en dos grandes puede ser permutada por 9 vasos pequeños vacios.
La presentación de beremis asombró a los comerciantes de vinos 🍷 , ninguno de ellos creía que la imagen fuera capaz de realizar ese prodigio , le ofrecieron vino a beremis y como buen musulmán lo agradeció pero no lo acepto el dijo que la bebida es un pecadoy que dañaba la salud , y para que no se sintieran mal relato lo siguiente:
Al-Hossein34, médico y matemático famoso, al llegar a Ispahán, después de una
larga excursión, encontró un grupo de hombres que charlaban a la sombra de un
gigantesco "betoum"85. ElI sabio, que se hallaba en ese momento alegre y bien
dispuesto, resolvió enseñar alguna cosa útil e interesante a los desconocidos
Acercóse a ellos, y, después de saludarlos con simpatia, dijo:
Amigos mios. Existe una ciencia notable y muy útil a los hombres. Con la ayuda de
ella se descubre todos los secretos y se revela la verdad. Esa ciencia es la
Matemática. Voy a demostraros, en pocas palabras, en que radica su belleza y su
poder.
Y después de proferir estas palabras, que no fueron comprendidas por sus rudos
oyentes, Al-Hossein tomó un pedazo de carbón y trazó en el tronco de un árbol dos
rectas cruzadas. Pretendia el sabio demostrar, con auxilio de esa figura, una
propiedad enunciada por Euclides, geómetra griego: "Dos ángulos opuestos por el vértice son iguales".
Después de trazar las rectas en posición conveniente, Al-Hossein marcó con cuidado los dos ángulos cuya igualdad pretendia demostrar con su admirable raciocinio.
No había terminado la figura geométrica, cuando uno de los dos camelleros se
levantó de súbito y se arrojó trémulo a los pies del sabio, murmurando con voz
ronca, que expresaba gran temor:
iFui yo, señor! iFui yo! iDiré la verdad!
Realmente sorprendido con la inesperada actitud del beduino, Al-Hossein se dio
cuenta de que había, en la confusión del camellero, un misterio que convenía
conocer. Dominando, pues, la sorpresa que experimentara, dijo así:
Nada debes temer, amigo mío. La verdad es siempre descubierta. Vamos, confiesa
todo y serás perdonado.
Al oír estas palabras, el hombre confesó al sabio que había robado, días antes, el
camello predilecto del visir.
Inútil es decir que Al-Hossein ignoraba aquel hurto audaz que preocupaba a todos y
en torno del cual se habían hecho infructuosas pesquisas.
Descubierto, así, el autor del robo, el camello fue restituido pocas horas después a
su poderoso dueño y el ladrón, amparado por el prestigio de Al-Hossein, se libró de
severa sentencia, siendo perdonado"6
iCómo explicar los motivos que llevaran al criminal a revelar su secreto? Lo
sucedido era, sin embargo, muy sencillo: la figura geométrica hecha por el
matemático para explicar la proposición de Euclides, era exactamente igual a la
"marca" que tenía el camello robado. El ladrón, al ver la figura, creyó que Al-
Hossein conocía su secreto y, lleno de indecible espanto, no se sintió con ánimo de ocultar la verdad.
La fama de Al-Hossein, desde ese día, se volvió, bajo el cielo de Persia, cien veces
mayor.
iNo era para menos! iCon una simple figura geométrica descubrió al más audaz
ladrón, y encontró un camello que ya se daba por perdido.
CAPITULO 9
En el último día moharran fue sorprendido por su amigo , que era Beremís, el le preguntó algún nuevo problema que resolver , y el le dijo adivino tiene la necesidad de resolver un gran problema.
Tengo una hija llamada Telassim57, dotada de gran inteligenciay
marcada de inclinación para los estudios. Cuando nació Telassim, consulté a un
astrólogo famoso que sabia revelar el futuro por la observación de las nubes y las estrellas. Ese mago afirmó que mi hija viviria feliz hasta los 18 años; a partir de esa edad se vería amenazada por un cúmulo de desgracias lamentables. Había, no obstante, un medio de evitar que la desdicha cayese sobre ella. Telassim -añadió el mago- debía aprender las propiedades de los números y todas las operaciones que con ellos se hacen. Ahora bien: para dominar los números y hacer cálculos es necesario conocer la ciencia de Al-Carismi, es decir, la Matemática. Resolví, pues,
asegurar a Telassim un futuro feliz haciendo que estudiase los misterios del Cálculo. Busqué varios "Ulemas"38 de la Corte, mas no logré hallar uno solo que se sintiese capaz de enseñar Matemática a una joven de 17 años. Uno de ellos, dotado de gran talento, intentó disuadirme de tal propósito. Quien quisiese enseñar canto a una jirafa, cuyas cuerdas vocales no pueden producir el menor sonido, perderia el tiempo trabajando inútilmente. La jirafa, por su propia naturaleza, no podría cantar.
Del mismo modo, el cerebro femenino (explicó el monje mahometano) es
incompatible con las nociones más simples de Matemática. Se basa esa
incomparable ciencia en el raciocinio, en el empleo de fórmulas y principios
demostrables con los poderosos recursos de la Lógica y de las Proporciones. Cómo
podrá una pequeña, encerrada en el "harem "39 de su padre, aprender fórmulas de Álgebra y teoremas de Geometría? iNunca! Es más fácil que una ballena vaya a la Meca en peregrinación, que una mujer aprenda Matemática. Para qué luchar contra
imposible? Mactub!40. Si la desgracia debe caer sobre nosotros, ique se haga la
voluntad de Alah! El mayor de los desánimos se apoderó de mi al ofr aquellas palabras. Sin embargo, yendo cierta vez a visitar a mi amigo Salen Nasair, el mercader, oí referencias elogiosas del nuevo calculista persa que llegara a Bagdad.
Hablóme del episodio de los ocho panes, y ese caso, narrado minuciosamente, me
impresionó. Procuré conocer al talentoso matemático y fui con ese fin a la casa del
visir Maluf, quedando asombrado con la solución dada al problema de los 257
camellos reducidos luego a 256.
El jefe Iezid, irguiendo la cabeza, miró fija y solemnemente al calculista, y añadió:
iSerá capaz, el hermano de los árabes, de enseñar los artificios del cálculo a mi
hija Telassim? Pagaré por las lecciones el precio que me indique, pudiendo, como
ahora, seguir en el cargo de secretario del visir Maluf.
Dijo beremis generoso , dijo que no encontraba motivos para rechazar su invitación, le dijo que enpocos meses enseñaría a su hija los secretos de la geometria, le dijo que los filósofos se equivocaban al medí la inteligencia de una mujer ,hay muchos secretos en la ciencia, dijo por eso la ciencia y el cálculo son muy importantes, comento todo lo que le podría enseñar las cosas que le podría demostrar con solo aprender , el dijo :
Deseo solamente que determinéis el día y hora en que deberá iniciar las lecciones.
Respondió el noble:
Lo más de prisa posible. Telassim cumplió ya 17 años, y estoy ansioso por librarla
de las tristes previsiones del astrólogo
Y añadió:
Debo advertirlo de una particularidad que no deja de tener importancia en este
caso. Mi hija vive encerrada en el "harem" y nunca fue vista por hombres extraños
a nuestra familia. Solo podrá, por lo tanto, oír sus lecciones de Matemática, oculta
por una espesa cortina, con el rostro cubierto por un "jaique" y vigilada por dos
esclavas de confianza. iAcepta, aún así, mi propuesta? Acepto con gran satisfacción -respondió Beremis-.Es evidente que el recato y pudor de una joven valen mucho más que los cálculos y las fórmulas algebraicas Platón, filósofo y matemático, mandó colocar la leyenda siguiente en la puerta de su escuela.
"No entre si no es geómetra"
manifestó deseos de Presentóse un dia un joven de costumbres libertinas
frecuentar la academia. EI maestro, sin embargo, no lo admitió, diciendo: "La
Geometría es pureza y simplicidad,; tu impudicia ofende a tan pura ciencia".
Elcélebre discípulo de Sócrates procuraba, de ese modo, demostrar que la Matemática
no armoniza con la depravación y con las torpes indignidades de los espiritus
inmorales. Serán, pues, encantadoras las lecciones dadas a esa joven que no
conozco y cuyo rostro candoroso jamás tendré la ventura de admirar. Queriéndolo
usted, podré iniciar mañana las lecciones.
Perfectamente -asintió el jefe-. Uno de mis siervos vendrá mañana a buscarlo
(iqueriendo Alá!), poco después de la segunda oración. iUassalam!
Después que el jefe Iezid dejó la posada, interrogué al calculista:
Escucha, Beremís. Hay en todo eso un punto oscuro para mí. iCómo podrás
enseñar Matemática a una joven, cuando, en verdad, nunca estudiaste esa ciencia
en los libros, ni tomaste lecciones de los "ulemas"? iCómo aprendiste el cálculo, que
aplicas con tanto brillo y oportunidad? Bien lo sé, calculista: entre pastores persas, contando ovejas, dátiles y bandadas de pájaros en vuelo por el cielo.
Estás equivocado, "bagdali" -replicó con serenidad el calculista-. En el tiempo en
que vigilaba los rebaños de mi amo, en Persia, conocí a un viejo derviche llamado
No-Elin, a quien, durante una tempestad de arena, salvé de la muerte. Desde ese
día, el bondadoso anciano fue mi amigo. Era un gran sabio y me enseñó muchas
cosas útiles y maravillosas. Fue con él que aprendi las reglas que permiten efectuar
los cálculos con precisión y rapidez. El prudente derviche me decía: "la Matemática se funda únicamente en la verdad, sin tener en cuenta ninguna autoridad, tradición, interés o preconcepto. Lo mismo ocurre con cualquier ciencia, pero no de una
manera tan clara como en la Matemática, pues, en mayor o menor grado, hay en
las otras ciencias alguna cosa que se basa en la autoridad de los investigadores
Me habló muchas veces de los grandes trabajos que los geómetras de la antigüedad habían realizado. Gracias al auxilio de ese derviche, llegaron a mi conocimiento las obras de Euclides, Thales, Pitágoras, del gran Arquimedes y de muchos otros sabios de la antigua Grecia. Después de hacer una pequeña pausa, concluyó Beremís:
No-Elin me enseñaba Matemáticas haciendo curiosas figuras en la arena O
rayando, con la punta de una aguja, las hojas de una planta llamada idomeg""1
Verás como podré enseñar Matemática lo mismo, sin ver el rostro de la que va a ser
mi discípula.
CAPITULO 10
Seria poco más de las cuatro cuando dejamos la posada y nos dirigimos a la casa del poeta Iezid Abul-Hamid.
Guiados por un amable y diligente criado, atravesamos de prisa las calles tortuosas
del barrio Mouassan, yendo a dar un suntuoso palacio que se erguía en medio de un bello jardín.
Beremís quedó encantado con el aspecto artistico que el rico Iezid procuraba dar a
su residencia. En el centro del parque levantábase una gran cúpula plateada, donde los rayos solares se deshacían en fulgores rutilantes. Un gran patio, por fuerte portón de hierro, ornamentado con todos los recursos del arte, daba entrada hacia el interior.
Un segundo patio interno, con un bien cuidado jardín en su centro, dividia el edificio en dos cuerpos. Uno de ellos estaba destinado a los aposentos particulares y el otro a las salas de reunión, así como a un comedor, en el cual el sheik cenaba, a veces, en compañia de poetas y escritores. El aspecto exterior, a pesar de la artística ornamentación del vestíbulo, era triste y sombrío. Quien reparase en las ventanas enrejadas no podía sospechar la pompa y
el arte con que todos los aposentos estaban decorados. Una galería con lindas arcadas sostenidas por nueve o diez esbeltas y delgadas columnas de mármol blanco con arcos recortados elegantes capiteles, con las paredes revestidas de azulejos en relieve y el piso de mosaico, comunicaba los dos cuerpos del edificio; dos largas escalinatas, también de mármol, conducían al jardin, donde flores de diversas formas y perfumes bordeaban un tranquilo lago.
Un vivero |leno de pájaros, adornado con mosaicos y arabescos, parecia ser lo más
importante del jardín. Habia alli aves de exóticos cantos de variadas formas y
rutilantes plumajes. Algunas, de peregrina belleza, pertenecían a especies para mí
desconocidas.
Nos recibió el dueño de casa, con mucha simpatía, viniendo a nuestro encuentro en
el jardin.Se hallaba en su compañía un joven moreno, delgado y de amplios
hombros, que nos resultó simpático. Tenía un modo agresivo de mirar, y la forma en que hablaba era bastante desagradable, llegando, en ciertos momentos, hasta
ser insolente.
iEs pues, éste el calculista? -observó, subrayando las palabras con tono de
menosprecio-. Me admira tu buena fe, querido Iezid. Vas a permitir que un misero
encantador de serpientes se aproxime y dirija la palabra a la encantadora Telassim.
Aquella grosería me sublevó. Tuve impetus de repeler la descortesia de aquel
atrevido. Beremís, sin embargo, continuaba imperturbable. Era posible, tal vez, que el algebrista descubriera, en las palabras insultantes que oyera, nuevos elementos para hacer cálculos o para resolver problemas.
El poeta, mostrándose apenado por la actitud poco delicada de su amigo, dijo:
Perdone, señor calculista, el juicio precipitado que acaba de hacer mi primo "el-hadj" Tara-Tir, él no conoce, ni puede evaluar su capacidad matemática, pues está por demás ocupado por el futuro de Telassim.
Dijo que no lo conocía que trataba de conocer la mayoría de los camellos , y le dijo con jn insultante desprecio, siguió ablando de prisa dijo que podía decir rápidamente que era un engaño del viajero , dijo que a él no lo podían confundir, Iezid le dijo que si podías interrogar a el calculista y le dijo que si el quería y si , el acepto y comenzaron con la interrogación,
iProblema? iPara qué? iQuieres confrontar a un chacal que aúlla con un `ulema"
que estudia? -interrumpió groseramente-. Te aseguro que no será necesario
inventar problemas para desenmascarar al "sufi" ignorante. Llegaré al resultado
que pretendo sin fatigar la memoria, más rápidamente de lo que piensas.
Y, apuntando hacia el gran criadero, interpretó a Beremis, fijando en nosotros sus pequeños ojos acerados, que brillaban inexorables:
Respóndame, calculista del "Patito"44, icuántos pájaros hay en ese criadero?
Beremís Samir cruzó los brazos y se puso a observar con viva atención. Seria
prueba de insana, pensé tratar de contar tantos pájaros, que inquietos volaban por
todos lados, ya cruzándose en el aire, ya sustituyéndose en las perchas con
increible ligereza .Al cabo de algunos minutos se volvió el calculista hacia el generoso Iezid y le dijo:
Ruego a vos, jefe, mandéis soltar inmediatamente tres pájaros cautivos. Será de ese modo más fácil y agradable, para mí, enunciar el número total.
Aquel pedido tenía todo el aspecto de un disparate. Está claro que quien cuenta
cierto número, podrá contar, fácilmente, ese número más 3.
Iezid, intrigadísimo, con el inesperado pedido del calculista, hizo comparecer al
encargado del criadero y le dio órdenes para que la solicitud del calculista fuese
atendida: libertados prontamente, tres lindos colibries volaron rápidos por el cielo
hacia fuera. Se encuentran ahora en el criadero -declaró Beremís- cuatrocientos noventa y seis pájaros.
iAdmirable! -exclamó Iezid entusiasmado-.
Es así. Mi colección era de medio
millar. Descontando los tres que ahora solté y un ruiseñor que envié a Mosul,
quedan precisamente 496.
La suma de los divisores de 496, menores a 496 es:248